jueves, 26 de febrero de 2015

Manos.



Tú, yo, una habitación que guarda
silencio convirtiéndose en testigo del
encuentro mas anhelado ..., cuatro manos
que se dejan llevar por el placer de dos
cuerpos ansiosos de beber del cáliz de
 un amor desmedido, un amor que merece
ser tratado con sutileza por unas manos
que llevan caricias suaves como el viento,
manos que adornan las pieles de pasión,
con ganas de liberar emociones reservada.
Se unen unos labios que desean conocer
 nuevas huellas, nuevos sabores,
nuevas sensaciones. Tú, yo, un silencio 
convirtiéndonos
en un nosotros junto a una noche
que dé paso a un amanecer eterno.   
TÚ, YO Y UN AMANECER.


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